MI BIOGRAFÍA OFICIAL DICE QUE…
Soy facilitador de procesos de cambios y transformación profesional y personal.
Coach en Programación Neurolingüística (PNL) y Ontología del Lenguaje (ICF).
Profundicé en distintos modelos de comunicación intrapersonales e interpersonales, modelos de Inteligencia emocional como Comunicación No Violenta de Marshall Rossemberg, Comunicación Asertiva y Liderazgo en la Negociación y Persuasión.
Profundicé en distintos modelos de coaching (ejecutivo, deportivo, inmobiliario, vocacional)
Profundicé en distintos abordajes de hipnosis.
Estudiante de la licenciatura en Ciencias del Comportamiento (Universidad de Palermo)
Desarrollé mi propio abordaje, Infinite MindSet Coaching
Fui coordinador y mentor en Even Mind Academy, la academia de PNL más importante de Latinoamérica.
Fui mentor de programas de ventas, marketing y negocios, además de la experiencia de coachear emprendedores de todo tipo.
Biohacker, adoptando el abordaje de la optimización integral para el desempeño óptimo
Emprendedor, creador e integrador
Autor de 2 libros digitales, «Los 5 estadios del coach emprendedor» y «Cómo crear un emprendimiento exitoso»
Un idealista


QUIEN EN VERDAD SOY

Recuerdo una conversación de cuando era chiquito con mi papá en la cocina de casa. No recuerdo el contexto exacto, pero lo que me dijo me quedó grabado: «¿Te diste cuenta de que tenemos dos orejas y una boca?» Me quedé pensando… nunca lo había notado. Después me preguntó: «¿Sabes para qué es eso?» De nuevo, mi cara reflejaba perplejidad. «Es para escuchar más de lo que hablamos, hijo. Prestá atención y estudiá todo lo que te rodea para entender y después poder hablar sobre ello.» Y eso fue lo que hice.
Desde muy chico presté mucha atención a las personas y al mundo que me rodeaba, me intrigaba entender por qué hacían lo que hacían y por qué el mundo es como es. No entendía por qué la gente trabajaba en empleos que no quería hacer y veía a dueños de negocios que padecían sus propias empresas. Parecía que sus trabajos eran el precio que debían pagar para poder vivir sus vidas. Ese malestar e insatisfacción se traducía a todas las áreas de sus vidas: tenían relaciones disfuncionales y llevaban estilos de vida que querían expresar un cierto “éxito” pero que eran totalmente vacíos, aparentando lo que no eran para ocultar el vacío interior. Y con el tiempo, vi cómo estas personas comenzaban a tener problemas de salud relacionados con una vida angustiante, llena de estrés, ansiedad y soledad.
Al observar esto fue creciendo en mi un miedo muy profundo, levantarme una mañana, ya con muchos años, y darme cuenta de que no fui feliz, que no disfruté tanto como hubiese querido, que no tuve algún tipo de satisfacción en mi carrera ni en mi vida, que las relaciones que tuve fueron vacías, solo unidas por el miedo y las carencias, y darme cuenta que no hice nada por nadie, que no contribuí en absoluto a mejorar la vida de las personas. Y que, cuando me toque dejar este mundo, no haya contribuido en nada para que sea un lugar mejor donde vivir.
A medida que fui creciendo, me di cuenta de que estamos en una profunda crisis donde las personas hacen y hacen, pero no saben con qué fin, ni por qué eso es importante para ellas. Sufrimos la falta de líderes visionarios, personas que han encontrado significado en sus vidas y que lo quieren compartir con el mundo, señalando un camino hacia su visión sin ninguna garantía de éxito, pero con el absoluto compromiso y convicción de que ese camino nos llevará hacia un mundo mejor.
Mi propósito es claro, inspirar a las personas a encontrar su propio camino, logrando así mayor satisfacción profesional y personal, de forma integral y sostenible, mediante el proceso de autodescubrimiento y crecimiento
Veo emprendedores sin visión, empresarios que solo les importan los márgenes de ganancia y colaboradores que solo quieren trabajar lo suficiente para conservar sus empleos y recibir su pago a fin de mes sin tener que pensar en el trabajo. Parece que el trabajo es el precio a pagar para poder vivir sus vidas. Pero esto no tiene por qué ser así.
Creo que si hacemos el trabajo de entender cuál es el motor que nos impulsa y cuál es el norte que nos guía, podemos crear una vida llena de satisfacción. Al entender y conectar con nuestro propósito, podemos transformar nuestras carreras y vidas personales en experiencias que realmente disfrutamos. Dejar de ver el trabajo como una carga y comenzar a verlo como una fuente de realización y felicidad. Cuando encontramos sentido en lo que hacemos, esa satisfacción se contagia a todas las áreas de nuestras vidas. Nos volvemos más felices, más saludables y nuestras relaciones se fortalecen. Un mundo lleno de personas felices, que encuentran significado en sus acciones diarias y que están en sintonía con sus verdaderos deseos y objetivos, indudablemente, será un mundo mejor para todos.
Este es el mundo que sueño y trabajo por crear.
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